Por qué el acné puede atacar a mujeres en la adultez

Un estudio sugiere que la dieta, el estrés y los antecedentes familiares podrían influir...



Acne-mujer-adulta ¿Por qué algunas mujeres siguen teniendo acné en la adultez? Un nuevo estudio ofrece algunas pistas.

Los investigadores italianos que observaron a 500 mujeres descubrieron algunos factores relacionados con el riesgo de acné después de los 25 años de edad, incluyendo una ingesta baja de frutas y verduras, unos niveles altos de estrés y los antecedentes familiares de acné en la adultez.


Los hallazgos no demuestran que esas cosas provoquen acné en algunas mujeres, pero es plausible que influyan, según los dermatólogos.

"Vemos que la gente que sigue una dieta de comida basura tiende a tener más acné", dijo la Dra. Debra Jaliman, profesora asistente de dermatología en la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

Concretamente, dijo Jaliman, la investigación ha implicado a los alimentos con un "índice glucémico" alto, que provocan un aumento del azúcar en la sangre. Entre los alimentos con un índice glucémico alto se encuentran el pan blanco y el arroz blanco, las papas fritas y las galletas saladas, y los alimentos horneados azucarados.

De forma parecida, dijo Jaliman, el estrés crónico se cobra un precio en la salud general, y eso podría ser aparente en la piel.

Más del 80 por ciento de los adolescentes tienen brotes de acné. La buena noticia es que en la mayoría de los casos desaparecen después de los 20 años de edad, según un equipo dirigido por el Dr. Luigi Naldi, del Centro de Estudios del Grupo Italiano de Investigación Epidemiológica en Dermatología en Bérgamo, Italia.

Aun así, entre el 20 y el 40 por ciento de los adultos sigue teniendo acné, añadieron los investigadores.

"Las mujeres tienden a tener acné en la edad adulta con más frecuencia que los hombres", dijo Jaliman. "A menudo se debe a los cambios en los niveles de hormonas o a los desequilibrios hormonales".

Las mujeres podrían tener acné antes del periodo menstrual, por ejemplo, o cuando empiezan a o dejan de tomar las píldoras anticonceptivas, señaló Jaliman.

Pero no está completamente claro por qué algunas mujeres siguen teniendo acné, y otras no.

Para observar esta cuestión, el equipo de Naldi encuestó a mujeres atendidas en las clínicas de dermatología de 12 ciudades italianas. En total, a 248 les diagnosticaron acné y a 270 les diagnosticaron otras afecciones y sirvieron como grupo de control.

Los investigadores encontraron que ciertos factores del estilo de vida estaban vinculados con el riesgo de diagnóstico de acné.

Las mujeres que comieron fruta y verdura, o pescado fresco, menos de 4 días a la semana tenían más del doble de probabilidades de tener acné, en comparación con las mujeres que comieron esos alimentos con mayor frecuencia.

Los hallazgos aparecieron en la edición de diciembre de la revista Journal of the American Academy of Dermatology.

Pero no está claro si comer fruta y verdura protege específicamente contra el acné, según otra dermatóloga que revisó el estudio.

Las mujeres que seguían dietas con pocos de estos alimentos saludables quizá coman muchos alimentos con un índice glucémico alto, lo que podría ser el culpable, explicó la Dra. Bethanee Schlosser, profesora asociada de dermatología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago.

Schlosser también comentó que el estudio no encontró ninguna conexión entre la ingesta de lácteos y el acné, lo que entra en conflicto con el trabajo anterior de los mismos investigadores.

Según Schlosser, es posible que los factores de la dieta asociados con el acné sean distintos para cada grupo de edad.

Además de la dieta, los niveles de estrés de las mujeres se asociaron con el riesgo de acné. Las que reportaron unos niveles "altos" o "muy altos" tenían un riesgo 3 veces más alto de tener acné, en comparación con las mujeres con menos estrés.

El riesgo de acné también era más alto entre las mujeres cuyos padres o hermanos tenían acné en la adultez. Lo mismo era cierto para las mujeres que nunca habían quedado embarazadas o que tenían hirsutismo, que es un patrón masculino de crecimiento de pelo en la cara o en el cuerpo.

Según Jaliman, estos últimos hallazgos podrían reflejar los efectos del síndrome de ovario poliquístico (SOP), un trastorno hormonal que provoca problemas de fertilidad, hirsutismo y acné.

De hecho, indicó Schlosser, el estudio incluyó a mujeres con un diagnóstico de SOP u otros trastornos que aumentan los niveles de testosterona. Y eso limita el potencial de la extensión de los hallazgos a la "población general de mujeres" sin trastornos hormonales, señaló.

Pero aunque este estudio no demuestra que el pescado, la fruta o la reducción del estrés acabarán con el acné de una mujer, siempre es inteligente tener cuidado con la dieta y con el estilo de vida, indicó Jaliman.

"Recomiendo que haga algo que le relaje diariamente", dijo, poniendo a la meditación como un ejemplo.

Jaliman también aconsejó que se coma mucha fruta, verdura y pescado, que claramente son buenos para la salud general.


Fuentes: Debra Jaliman, M.D., assistant professor, dermatology, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; Bethanee Schlosser, M.D., Ph.D., associate professor, dermatology, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; December 2016, Journal of the American Academy of Dermatology. https://medlineplus.gov/spanish/news/fullstory_162788.html


 

Manejo del embarazo en una mujer con HTA crónica

Una guía para su manejo clínico prudente y su estudio adecuado.

Toma-Presión-Arterial-mujer-embarazada









Lo que necesita saber


+En la primera presentación de una mujer recién embarazada con hipertensión arterial crónica, disponer la derivación inmediata a un obstetra, de preferencia uno que se especialice en la hipertensión.

+Estas mujeres tienen un mayor riesgo de pre-eclampsia, parto prematuro, feto pequeño para la edad gestacional, o muerte fetal.


+Asegúrese de evaluar la seguridad de los fármacos antihipertensivos en el embarazo y sustitúyalos si es necesario, por ejemplo: inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina.


Viñeta clínica


Una mujer de 28 años de edad  manifiesta que tiene seis semanas de embarazo de su segundo bebé y que le gustaría ser derivada a obstetricia. Ella dice que tenía un problema con la presión arterial alta en el embarazo anterior hace tres años y que ha estado tomando nifedipina y ramipril, desde entonces, mientras continuaba presión arterial alta cuando trató de dejar de tomar sus pastillas. Pregunta si ahora debe suspender estas pastillas y si son seguras para su bebé.


Lo que se debe evaluar


Preguntar acerca de



+Embarazo actual: fecha de la última menstruación para estimar su gestación actual (y la fecha prevista del parto); algunos fármacos antihipertensivos deben ser suspendidos una vez que una prueba de embarazo positiva ha sido confirmada (cuadro 1).

+Embarazos anteriores: internación para presión arterial alta durante la gestación, indicación de parto y problemas de salud para ella o para el bebé para evaluar la probabilidad de reaparición. Está en mayor riesgo si los problemas se produjeron en una gestación anterior.

+Investigaciones previas para hipertensión arterial: ¿ha visto un especialista o tenían ecografía renal, electrocardiografía, ecocardiografía, u otros exámenes para causas de hipertensión secundaria según lo recomendado por el Instituto Nacional de Salud y Excelencia de Atención (NICE)  

+Otros medicamentos: se debe preguntar acerca de todos los fármacos antihipertensivos para identificar a aquellos que necesitan cambiarse, ácido fólico, vitamina D, y cualquier otro fármaco.Tratamiento-antihipertensivo-en-embarazo


Examen clínico

Tome su presión arterial de acuerdo con el protocolo (manguito ancho si su circunferencia del brazo superior es ≥33 cm, posición correcta, sin hablar, sentados durante cinco minutos). Tome su presión arterial tres veces con un minuto de diferencia y el promedio de los últimos dos lecturas.

Compruebe su orina para descartar proteinuria y para evaluar la enfermedad renal coexistente, y repetir la prueba de embarazo si hay alguna duda acerca de su estado.
Organizar los análisis de sangre para hipertensión incluyendo la evaluación de la función renal y la hemoglobina glicosilada (HbA1c) / glucosa de sangre al azar.
Solicitar un electrocardiograma si no hay registro anterior. (Tenga en cuenta que las concentraciones de lípidos son poco fiables en el embarazo, por lo que deben ser comprobadas después del parto si es apropiado.)



Lo que se debe hacer

Explicar que alrededor del 2-3% de las mujeres embarazadas (alrededor de 16 000 a 24 000 mujeres cada año en el Reino Unido) ya tiene presión arterial alta cuando quedan embarazadas (es decir, la hipertensión es crónica). Ya que esto aumenta los riesgos para el embarazo debe referirla a un obstetra y que va a necesitar citas adicionales para su vigilancia.

Alrededor de una cuarta parte de las mujeres embarazadas con hipertensión crónica desarrollan preeclampsia. Cerca de un tercio tendrá un nacimiento prematuro.
 Si ha tenido preeclampsia en un embarazo anterior es más probable que la tenga nuevamente en futuros embarazos. Además, las mujeres que han tenido un embarazo con hipertensión arterial  tienen un mayor riesgo a largo plazo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardiovascular.


Para las mujeres con hipertensión arterial crónica es especialmente importante durante el embarazo evitar el exceso de peso, continuar con el ejercicio, comer una dieta baja en sal, y dejar de fumar.


Explicar los síntomas de la preeclampsia, y aconsejarle que vaya a la unidad de evaluación de embarazo el mismo día en caso de presentar:
Fuertes dolores de cabeza (aumento de la intensidad que no se alivia con analgésicos regulares).



+Problemas visuales, como visión borrosa, luces intermitentes, o visión doble.

+Dolor de estómago persistente y / o vómitos.

+Falta de aire.

+Hinchazón repentina de la cara, las manos o los pies.

Hacer un plan de gestión clínica

Disponer la derivación inmediata a un obstetra especializado en hipertensión arterial  junto a la cita con obstetricia, destacando la hipertensión crónica. Incluya los resultados de las investigaciones, la ecografía renal y la ecocardiografía si se hicieron con anterioridad.
Evaluar la seguridad de sus medicamentos antihipertensivos y cambiarlos si es necesario, suspender los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE) por ejemplo (cuadro 1).


Estudios de cohortes retrospectivos han informado que los inhibidores de la ECA, bloqueadores de los receptores de la angiotensina y tiazidas pueden estar asociados con malformaciones congénitas. Otros estudios han sugerido que el riesgo está relacionado con la hipertensión crónica subyacente en lugar de a las drogas pero la práctica actual sigue siendo la cesación.


Explicar que la presión arterial mal controlada en ocasiones puede causar ataques o un derrame cerebral, lo que podría ser peligroso tanto para ella como para el bebé. Los médicos consideran que estas complicaciones son más dañinas que la toma de comprimidos para prevenirlos.


Explicar que casi no existen fármacos aprobados para su uso en mujeres embarazadas y responder a sus preocupaciones acerca de los beneficios y riesgos. Aunque no podemos estar completamente seguros de que los medicamentos no tendrán efectos sobre el bebé, los médicos optan por las pastillas para la presión arterial que son conocidas por ser más seguras en el embarazo y se recomiendan en las guías internacionales.


Comience con ácido fólico para prevenir los defectos del tubo neural a partir de hoy. Iniciar aspirina en la 12 semana de gestación para reducir el riesgo de pre-eclampsia.


Apuntar como objetivo a una presión arterial diastólica de 85 mm Hg (basado en un gran ensayo reciente) . El nivel óptimo de la presión arterial sistólica es menos claro, pero las directrices aconsejan por debajo de 150 mm Hg.3


La presión arterial muy baja puede estar asociada con retraso del crecimiento fetal, por lo que no se recomienda el objetivo de presión arterial aún más bajos.


Monitoreo de la presión arterial: el papel de este tipo de vigilancia en el embarazo aún no se establecido. Sin embargo, usar un monitor validado para su uso en el embarazo, compartiendo lecturas de origen con las personas involucradas en su cuidado parece pragmático.


Derivarla a la unidad de evaluación de embarazo si su presión arterial está persistentemente por encima de 140/90 mm Hg o si ella tiene una más o más determinaciones de proteinuria.


Una vez que esté de vuelta en su casa con el bebé, su presión arterial debe ser controlada cada dos días hasta que esté por debajo de 140/90 mm Hg, y luego una vez o dos veces por semana hasta la sexta semana post-parto.


Compruebe que sus fármacos antihipertensivos sean seguros para la lactancia materna (cuadro 2)

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Autor: Pippa Oakeshott, Lucy C Chappell Fuente: MJ 2016;353:i1497 Management of a new pregnancy in a woman with chronic hypertension